Episodio 1 Los Hernández Cisneros
José Gregorio Hernández Cisneros, nació en el seno de una familia trabajadora. Sus padres, Don Benigno Hernández y Doña Josefa Antonia Cisneros, llegaron a Isnotú, huyendo de las barbaries ocurridas en Barinas a causa de la Guerra Federal.
En Isnotú, Don Benigno estableció un pequeño abasto para surtir a los vecino, mientras Doña Josefa le ayudaba pero también se encargaba de las labores del hogar. Ambos eran conocidos por ser personas honradas, y los habitantes del pueblo les tenían gran estima y respeto.
Juntos trabajaron arduamente y como fruto de su amor, el 26 de octubre de 1864 nació José Gregorio, el primogénito de los Hernández Cisneros.
Episodio 2 José Gregorio es Hijo de Dios
Tan solo 3 meses del nacimiento de José Gregorio, sus padres organizaron un
viaje a Escuque para que el primogénito de la familia recibiera el agua bendita
y el Santo Óleo. Don Benigno y Doña Josefa escogieron a Tomás Lobo y
Perpetua Enríquez para que apadrinaran a su niño.
En el viaje los acompañó María Luisa, hermana de Don Benigno, quien ayuda a
la familia en los gajes del hogar y siente un amor profundo por José Gregorio a
quien ve como un hijo. María Luisa y Doña Josefa fueron pilares fundamentales
en la educación del pequeño, y su ejemplo de devoción formó en José Gregorio
una profunda espiritualidad.
Dios lo colocó en un hogar cristiano para que a través del ejemplo de su madre
y su tía aprendiera a amarle como a Padre cariñoso.
El bautizo tuvo lugar el 30 de enero de 1865, presidido por el padre Victoriano
Briceño, sacerdote de la iglesia en Escuque. Y desde ese día, José Gregorio se
convirtió en hijo de Dios, iniciando su vida cristiana de la mano de su familia.
Episodio 3 Infancia de José Gregorio
La infancia del pequeño José Gregorio avanzó entre juegos junto a su
compañera Juana Viloria, quien se encargó de velar y entretenerlo mientras
Doña Josefa ayudaba a su esposo en la tienda.
La educación de José Gregorio Hernández y sus hermanos estuvieron a cargo
de su mamá y su tía. A José Gregorio por ser el mayor, le enseñaron lo
primordial de las sílabas y letras, y de manera muy hábil el pequeño aprendió a
leer. También le transmiten la devoción por la Santísima Virgen en su
advocación de Las Mercedes. Rezaban el Ángelus por la mañana, al mediodía
y por la tarde, el cual adelantaba el rezo del Santo Rosario que dirigía Don
Benigno.
En 1872, fallece su madre a causa de altas fiebres luego de haber traído al
mundo a Josefa Antonia, la sexta hija de los Hernández Cisneros. El ejemplo
de devoción afianzaría en José Gregorio una vocación cristiana en favor de los
necesitados.
Episodio 4 De los Andes a Caracas
Tras la muerte de doña Josefa, la tía María Luisa se hizo cargo del cuidado de
la casa y de sus seis sobrinos. A José Gregorio lo envían a la escuela del
pueblo dirigida por el maestro Pedro Celestino Sánchez.
Después de 5 años estudiando, el maestro Sánchez le impulsó a continuar
soñando con formarse a otros niveles académicos. Pedro Celestino, conversó
con Don Benigno la posibilidad de enviarle a estudiar a Caracas.
Don Benigno conversa con su hijo la idea de estudiar en el Colegio Villegas y
posteriormente entrar a la universidad. José Gregorio tiene deseos de estudiar
derecho, pero su padre le persuade de estudiar medicina con el fin de
encargarse del negocio familiar. El joven José Gregorio acepta la invitación y
se convence de formarse como galeno. En febrero de 1878, con la bendición
de su padre y su tía, emprende su travesía para formarse en la capital.
Episodio 5 Un alumno diferente a los demás
Situado entre las esquinas de Veroes y Santa Capilla, José Gregorio llega a la
que será su nueva casa por cinco años, el Colegio Villegas. Es recibido por su
dueño, Don Guillermo Tell Villegas, educador y político, quien prometió a Don
Benigno, que formaría y acompañaría a su hijo durante su estancia en el
colegio.
José Gregorio se adapta al estilo de vida caraqueño, y consigue el
reconocimiento por parte de sus profesores, quienes se refieren a él como un
joven de inteligencia despierta, pero no solo por su aplicación en los estudios,
sino por su conducta disciplinada.
El 24 de mayo de 1882 ante el rector de la Universidad Central de Venezuela,
doctor Ángel Rivas Baldwin, y otros miembros del jurado, José Gregorio
expone sobre la teoría del condensador eléctrico y las máquinas de vapor. Una
exposición tan bien hecha le valió la aprobación de su título como bachiller en
Filosofía con la más alta calificación.
Episodio 6 La formación como médico
Sin perder el tiempo, una vez recibido su título como bachiller en Filosofía, el 1
de septiembre de 1882, José Gregorio inicia sus estudios en la Facultad de
Ciencias Médicas de la Universidad Central de Venezuela.
Las teorías de la medicina, para este momento carecían de comprobación
experimental, por lo que José Gregorio se propuso formarse en el campo de la
investigación. En sus prácticas médicas, colabora con el doctor Narciso de la
Rosa en el Hospital de la Caridad, en medio de precarias situaciones. Estas
prácticas ahondan en él, una gran compasión antes quienes padecen.
Al finalizar sus seis años de estudio, el 19 de junio de 1888, José Gregorio
presenta su examen final para graduarse de bachiller en Ciencias Médicas, el
cual desarrollaría de manera impecable. Y el 29 del mismo mes, presenta el
examen que le otorgaría el título de Doctor. En palabras del rector Aníbal
Dominici: “Venezuela y la medicina esperan mucho del doctor José Gregorio
Hernández”
Episodio 7 De regreso a los Andes
Luego de recibir su doctorado en medicina, José Gregorio siente la necesidad
de querer perfeccionar su formación en la investigación, y el destino pensado
es la capital mundial del saber, París (Francia). Pero necesita reunir el dinero
suficiente para costear los estudios.
Todos esperan que el ilustre doctor, ejerza las labores médicas en la capital
venezolana, pero lo que muy pocos saben es que José Gregorio, había tomado
la decisión de volver a su Trujillo natal. Su regreso fue de forma escalonada,
primero unos días en Puerto Cabello, luego otra parada en Curazao, donde el
ejemplo de servicio de dos monjitas en los hospitales genera un impacto
importante en su vocación.
A su llegada a Trujillo, pasa unos días en Isnotú donde sus vecinos celebraron
con gran alegría la llegada del Dr. Hernández. Pero luego estar unos días junto
a su familia, José Gregorio se traslada a Betijoque, una población más grande
donde puede estrenarse como médico y conseguir el dinero para su viaje a
París.
Episodio 8 José Gregorio se va a París
José Gregorio gana fama como médico competente y dedicado, pero las
autoridades andinas le acusan injustamente de aristócrata, por lo cual no era
aceptado en su propia tierra. La persecución le obligó a volver a Caracas.
Mientras tanto, el gobierno central dirigido por el presidente, el doctor Juan
Pablo Rojas Paul, tiene intenciones de mejorar la salud pública y la formación
en el campo de la medicina, por lo que planea enviar a un médico joven a que
se forme en París, reciba los conocimientos, adquiera equipos y pueda volver
para potenciar el desarrollo sanitario en la Universidad y en el país.
El Ejecutivo selecciona al Dr. Hernández, y es enviado a formarse en la ciudad
de las luces, en los conocimientos brindados por grandes científicos, con el fin
de adentrar a Venezuela en los avances de las ciencias médicas.
Episodio 9 Servicio a la Educación
La vocación de José Gregorio lo llevó a una rutina que disfrutaba: de la
investigación a la reflexión. No había tiempo para más. Con los conocimientos
adquiridos, y siendo reconocido por sus profesores, después de dos años de
estancia en París, debe volver a Venezuela, cargado del material para
inaugurar el nuevo laboratorio en la UCV.
A su regreso de Francia fue nombrado profesor de la primera Cátedra de
Bacteriología en América del Sur. Se dedicó a la docencia, el ejercicio
profesional y a la práctica religiosa. Por esta razón, fue profesor desde 1891
hasta 1916.
Con una disciplina característica, José Gregorio impartía sus clases, y sus
alumnos se maravilla con tanta información para aprender. Todos querían ver
clases con el Dr. Hernández quien gozaba de una reputación pedagógica
intachable. Educar a nuevas generaciones, le permitió exponer todo lo
aprendido fuera de Venezuela.
Episodio 10 La vocación sacerdotal
(La Cartuja-Roma-Caracas)
Sorpresivamente para muchos, José Gregorio renunció a todo. Había decidido
internarse en el monasterio como monje cartujo, en Italia. El estilo de vida
austero y el clima templado no le sientan bien, y tan solo nueve meses de su
llegada, el Prior general de la orden, lo exhorta a que pruebe su vocación en la
vida activa.
Desanimado, José Gregorio decide ingresar al Seminario Mayor de Caracas.
Escribe a su hermano César para que, con ayuda de Monseñor Juan Bautista
Castro, organicen su llegada directa al Seminario mayor. Solo tres semanas de
su ingreso al Seminario, sus exalumnos le pidieron a Monseñor, que
convenciera a José Gregorio de volver a las aulas. Y lo lograron. El Dr.
Hernández se reincorporó a la vida catedrática por recomendación de su
arzobispo.
José Gregorio haría un último intento por la vocación al sacerdocio y se va a
estudiar en el Colegio Pio Latino Americano de Roma. Pero pasados cuatro
meses, contrae tuberculosis pulmonar, enfermedad que lo obliga a desistir de
su anhelo y abandona Europa en pleno inicio de la Primera Guerra Mundial en
1914.
Episodio 11 José Gregorio, Médico de los pobres
De vuelta en Caracas, José Gregorio se recupera y vuelve a la rutina
acostumbrada. Retoma su labor con los vecinos caraqueños a quienes atiende
religiosamente en su casa en La Pastora. Ricos y pobres, todos tienen espacio
en el consultorio del Dr. Hernández. El que puede dar una colaboración es
recibida, y el que no, José Gregorio le ayuda para costear el tratamiento.
Esta labor desinteresada le valió el título con el que el mundo lo conocería, “El
médico de los pobres”. Su sobrino Benjamín también se formó en la carrera
médica, y José Gregorio le exhortó a mantenerse fiel al estudio, investigando
en el laboratorio; pero que su atención debía estar centrada en la atención
médica a los pacientes que necesitaran de él.
Luego de realizar un viaje por Estados Unidos y Europa, en su regreso a
Venezuela, José Gregorio conforma el equipo médico para luchar contra la
gripe española en 1918, pues su trabajo en la bacteriología le permitió al país
afrontar esta lucha.
Episodio 12 29 de junio de 1919
Aquel domingo 29 de junio José Gregorio cumplía su 30 aniversario de haber
obtenido el doctorado en medicina. Día de San Pedro y San Pablo. Después de
la misa comenzó su visita a varios enfermos como de costumbre hacía un día
domingo, más que por trabajo, por ayudar al necesitado.
En la tarde cuando se disponía a reposar, le avisan sobre una anciana que
requería su atención. José Gregorio sin quejar, se dirigió a la visita. Luego de
recetarla, el mismo se ofreció a comprar el tratamiento. Luego de comprar en la
farmacia ubicada en la Esquina de Amadores, mientras cruzaba la calle, fue
atropellado por un automóvil que sin previo aviso lo proyectó contra la acera,
golpeando la cabeza contra el borde.
“¡Virgen Santísima!”, fueron las últimas palabras de aquel ilustre médico, que
entregaba su alma al Creador. La noticia de su muerte impactó a los
caraqueños quienes se agolparon en el paraninfo de la Universidad Central
para darle el último adiós.
Episodio 13 Camino a los altares
El pueblo venezolano supo que a quien llevaba en hombros desde la Catedral
de Caracas hasta el Cementerio General del Sur, no era un médico más, sino
que era realmente alguien apreciado por el pueblo. Como exclamaba un
asistente al funeral: “El doctor Hernández es nuestro”.
La solicitud de apertura de la causa de beatificación fue hecha a la
Congregación de Ritos en Roma, (hoy Congregación para la Causa de los
Santos), en el año 1948 por Ernesto Hernández Briceño, sobrino de José
Gregorio, con el apoyo de monseñor Lucas Guillermo Castillo. El primer
postulador de la causa fue el padre Antonio de Vegamián, Custodio de los
padres capuchinos, quien debía recoger los testimonios de virtudes y velar por
el proceso.
Este proceso se vio estancado por oposición de monseñor Nicolás Navarro,
quien escribió un testimonio nada favorable sobre el Dr. Hernández. Y en 1957
se reanuda este proceso con monseñor Rafael Arias Blanco. En 1973 se emite
el decreto de no culto, lo que permitió la continuidad del proceso.
Episodio 14 Decreto de beatificación
Para 1986, el Papa San Juan Pablo II, declaró Venerable a José Gregorio
Hernández, siendo este un escalón más para la posible pronta beatificación del
proclamado médico venezolano.
34 años han pasado desde la declaración de Venerable, y no fue hasta que el
19 de junio de 2020, la Congregación para la Causa de los Santos dio a
conocer el decreto con la autorización del Papa Francisco para la Beatificación
del Venerable Dr. José Gregorio Hernández, siendo el primer laico venezolano
en alcanzar este escalón en el camino de ser reconocido santo.
Una espera de casi 71 años, en búsqueda de que la Santa Sede, diera
aprobación y reconocimiento a un milagro del médico de los pobres. En medio
de la situación de pandemia, el pueblo venezolano se encuentra expectante por
conocer el día y el lugar donde tendrá sitio el rito de beatificación.